Los pensamientos intrusivos y el sobrepensamiento

por | Psicoterapia, Psicoterapia adultos

Cuando la mente no para

A todos nos ha pasado alguna vez. Estás intentando concentrarte en una tarea, disfrutando de un momento tranquilo, y de repente, aparece un pensamiento indeseado. Un pensamiento que, aunque sabes que no es real o relevante, empieza a crecer y a ocupar más espacio del que debería en tu mente. Eso es lo que conocemos como pensamiento intrusivo, y a menudo puede llevarnos a un ciclo de sobrepensamiento.

Estos pensamientos pueden ser inquietantes, incluso irracionales, pero tienen la capacidad de causar malestar porque, de alguna manera, sentimos que nos están diciendo algo importante. A veces, esos pensamientos derivan en lo que llamamos sobrepensamiento: una rueda infinita de análisis en la que la mente se enreda, buscando respuestas o soluciones a problemas que no tienen una salida clara o que, en realidad, ni siquiera son reales.

¿Por qué ocurren estos pensamientos intrusivos?

Los pensamientos intrusivos suelen aparecer en momentos de estrés, ansiedad o cansancio mental. En esos momentos, la mente, con un instinto de protección, busca soluciones rápidas y trata de anticiparse a posibles problemas o riesgos. Sin embargo, en muchas ocasiones, esa búsqueda de protección se descontrola. Nuestra mente empieza a comportarse de manera catastrofista: imaginamos todos los escenarios posibles, incluso los más improbables y extremos. Nos anticipamos al peor desenlace, lo que genera una preocupación excesiva y, en lugar de protegernos, nos acaba agotando mental y emocionalmente.

En este proceso, el cerebro empieza a emitir hipótesis que, aunque no son ciertas, nos las creemos. Y es ahí cuando entramos en una espiral de sobrepensamiento, de análisis constante. Pensamos una y otra vez en las mismas ideas, sin encontrar descanso, atrapados en un bucle sin fin.

El impacto del sobrepensamiento en nuestra salud emocional

El sobrepensamiento puede ser agotador. Es como si nuestra mente fuera una lavadora que no deja de dar vueltas. Cargas y cargas más pensamientos, y aunque parezca que en algún momento va a parar, siempre vuelve a empezar otro ciclo. Esa sensación de estar atrapado en una centrifugadora mental nos deja exhaustos, drenando nuestra energía emocional y mental.

Uno de los problemas más grandes del sobrepensamiento es que nos desconecta del presente. Mientras nuestra mente está enredada en «qué pasará si…» o «¿y si hubiera hecho esto distinto?», nos perdemos de lo que está ocurriendo en el aquí y ahora. Dejamos de disfrutar de las pequeñas cosas y perdemos la capacidad de ver la situación con perspectiva, algo similar a lo que ocurre con los pensamientos anticipatorios negativos.

Esta «lavadora de pensamientos» no solo consume nuestra energía, sino que también afecta nuestras emociones y nuestro bienestar general. No nos deja espacio para disfrutar del presente porque estamos constantemente preocupados por lo que podría pasar o lo que ya ocurrió. El problema es que, al igual que la lavadora, no podemos controlar cuándo parará, y esa incertidumbre nos causa aún más estrés.

¿Cómo puede ayudar la terapia?

A veces creemos que podemos manejar estos pensamientos por nuestra cuenta, que con solo «dejar de pensar en ello» será suficiente. Pero la realidad es que, en muchas ocasiones, necesitamos ayuda para deshacernos de esos patrones de pensamiento. Y es aquí donde la terapia juega un papel fundamental.

Ir a terapia no significa que estés «roto» o que algo esté «mal» contigo. Al contrario, es un acto de valentía, de autoconocimiento. La terapia nos ofrece herramientas para entender de dónde vienen esos pensamientos intrusivos, por qué los tenemos, y cómo gestionarlos de una manera más saludable.

La terapia nos enseña a ser más conscientes de lo que pensamos y sentimos, a gestionar mejor nuestras emociones y, lo más importante, a vivir más conectados con el presente. Nos ayuda a encontrar calma en medio de esa lavadora mental, a parar el ciclo de centrifugado y descubrir recursos internos que quizá desconocíamos.

Recuerda, no estás solo en esto. Si sientes que el sobrepensamiento está afectando tu vida, buscar apoyo profesional puede marcar una gran diferencia. En nuestro equipo, estamos aquí para ayudarte a encontrar las herramientas que necesitas para gestionar tus pensamientos y recuperar tu bienestar. Ponte en contacto con nosotros hoy mismo y da el primer paso hacia una mente más tranquila y equilibrada.

Por: Marta Herrero

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