Ser madre o padre neurodivergente de un hijo neurodivergente: desafíos y recursos

por | infanto-juvenil

La crianza es un viaje complejo y lleno de matices, especialmente cuando tanto el adulto como el niño comparten una neurodivergencia, como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o las Altas Capacidades (AACC). Como psicóloga y también como madre o padre neurodivergente, quiero ofrecer una visión cercana, basada en investigaciones recientes, sobre los retos y recursos disponibles para estas familias.

Desafíos para una madre o padre neurodivergente en la crianza

1. Sobrecarga sensorial y emocional

Las personas neurodivergentes suelen experimentar una mayor sensibilidad a estímulos sensoriales y emocionales. El ruido, el desorden o los cambios inesperados pueden resultar abrumadores, tanto para el adulto como para el niño, generando un entorno donde ambos pueden llegar fácilmente a la saturación [1].

2. Estrés parental elevado

Las investigaciones muestran que los padres de niños neurodivergentes reportan niveles de estrés significativamente más altos que los de padres de niños neurotípicos. Si el adulto también es neurodivergente, este estrés puede multiplicarse, afectando la salud mental y el bienestar familiar [2] [3] [1].

3. Necesidad de tiempo a solas

Muchos adultos neurodivergentes necesitan momentos de soledad para recargar energías. Sin embargo, la crianza, especialmente de niños pequeños o con grandes demandas, dificulta encontrar estos espacios, lo que puede llevar a un ciclo de agotamiento [1].

4. Dificultad para ajustar estrategias

Las técnicas de crianza tradicionales pueden no ser efectivas para niños neurodivergentes. Esto puede generar frustración, culpa o dudas sobre la propia capacidad como madre o padre, especialmente si el adulto también necesita estrategias personalizadas [3] [4].

5. Doble estigma y juicio social

Existe una presión social añadida: por un lado, el estigma hacia la neurodivergencia en adultos y, por otro, los prejuicios sobre la crianza de niños neurodivergentes. Esto puede generar aislamiento y sentimientos de incomprensión [3] [1].

Recursos y estrategias basados en evidencia para madres y padres neurodivergentes

1. Crianza basada en la conexión

Las investigaciones actuales recomiendan priorizar la conexión emocional sobre la obediencia o el control conductual. Validar las emociones, practicar la co-regulación y ofrecer presencia y apoyo son estrategias más efectivas que los sistemas de recompensas o castigos tradicionales [4] [5].

2. Adaptar el entorno, no solo al niño

El ajuste ambiental es clave. Crear espacios tranquilos, rutinas visuales y zonas de descompresión sensorial puede beneficiar tanto al adulto como al niño. Identificar y minimizar los desencadenantes sensoriales ayuda a reducir crisis y meltdowns [6] [7] [1].

3. Fortalecer la identidad neurodivergente

Hablar abiertamente sobre la neurodivergencia, desde un enfoque de fortalezas, protege la autoestima y la salud mental. Reconocer y celebrar las diferencias fomenta la resiliencia y el sentido de pertenencia en la familia [4] [8] [9].

4. Buscar apoyo profesional y comunitario

Participar en grupos de apoyo, recibir orientación psicológica especializada y acceder a recursos específicos para familias neurodivergentes puede marcar la diferencia. El acompañamiento profesional ayuda a identificar estrategias personalizadas y a gestionar el estrés parental [7] [8] [10].

5. Autocuidado y autocompasión

Cuidar de uno mismo no es un lujo, sino una necesidad. Reservar pequeños momentos para el autocuidado, practicar la autocompasión y aceptar que no existe la perfección en la crianza son pasos fundamentales para sostener el bienestar familiar [3] [1].

Conclusión

Ser madre o padre neurodivergente de un niño neurodivergente es un desafío, pero también una oportunidad para construir una crianza auténtica, basada en la comprensión mutua y la aceptación. La clave está en informarse, apoyarse en la evidencia científica y en la comunidad, y recordar que cada familia tiene derecho a encontrar su propio camino [3] [4] [1].

Si te reconoces en estas líneas, recuerda que no estás sola ni solo. La neurodivergencia puede ser una fortaleza cuando se acompaña de recursos, apoyo y autocompasión.

Y si sientes que necesitas orientación personalizada, nuestro equipo está aquí para escucharte y acompañarte en este camino. Ponte en contacto con nosotros y juntos buscaremos las herramientas que mejor se adapten a tu familia.

CLAUDIA COBO

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