Detectar dificultades de aprendizaje en el ámbito escolar puede resultar complejo, implicando la evaluación de diversos aspectos del desempeño académico y conductual de un niño. Muchos padres se preguntan si su hijo podría estar experimentando dislexia, el trastorno de aprendizaje más reconocido, o si la escuela ha señalado posibles dificultades de este tipo.
Pero, ¿qué es exactamente la dislexia?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de una persona para leer, escribir y deletrear con precisión y fluidez. Esta condición neurobiológica, que suele tener una base genética, se manifiesta a lo largo del tiempo. Es importante destacar que la dislexia no está relacionada con la inteligencia; de hecho, muchas personas con dislexia poseen habilidades cognitivas y creativas destacadas.
A pesar de ser el trastorno de aprendizaje más conocido, existen otras dificultades que podrían influir en el rendimiento académico del niño. Los padres pueden identificar ciertos signos y comportamientos que podrían indicar la presencia de problemas de aprendizaje en casa. Algunas de estas señales incluyen:
1. Dificultades en la lectura: reconocimiento lento de palabras, confusión de términos similares y falta de comprensión al leer.
2. Problemas de escritura: ortografía deficiente, gramática inconsistente, dificultades en la expresión escrita y aversión a la escritura.
3. Desafíos en matemáticas: dificultad para comprender conceptos básicos, problemas para resolver ejercicios y errores constantes en cálculos.
4. Problemas de atención: distracción frecuente, dificultad para mantener la concentración en tareas específicas y olvido constante de instrucciones.
5. Organización y planificación: dificultad para organizar tareas, gestionar el tiempo y completar deberes escolares.
6. Cambios en el comportamiento: frustración, falta de interés en la escuela, evitación de tareas académicas y cambios negativos en la autoestima.
7. Dificultades sociales y emocionales: problemas en las relaciones con compañeros, cambios en el estado de ánimo relacionados con la escuela y expresiones de ansiedad.
8. Resistencia a la escuela: expresiones negativas sobre la escuela, quejas frecuentes sobre la dificultad de las tareas y resistencia a participar en actividades escolares.
9. Dificultades en la memoria: problemas para recordar información recién aprendida, tanto en términos de lectura como de instrucciones dadas.
10. Comunicación con el profesorado: informes del equipo escolar sobre dificultades o brechas entre el potencial académico y el rendimiento real.
Por ello, realizar una evaluación psicopedagógica resulta fundamental para detectar de manera temprana, comprender de forma integral y abordar de manera personalizada las dificultades de aprendizaje en los niños. Además, contribuye a crear entornos educativos inclusivos, donde cada estudiante recibe el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial académico y emocional.