En la publicación de hoy, exploraremos la relevancia de la figura paterna y materna en el desarrollo de la autoestima en nuestros hijos.
La importancia de la responsabilidad
Para ello, comenzaremos examinando el concepto de responsabilidad. La responsabilidad nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre las implicaciones que nuestras acciones, o la falta de ellas, puedan tener tanto en nosotros mismos como en los demás.
Desde temprana edad, al inculcar en nuestros niños el valor de la responsabilidad, les estamos instando a reflexionar constantemente sobre las consecuencias de sus actos y a comprender la importancia de asumir plenamente las repercusiones de sus acciones para poder enfrentarlas adecuadamente.
Indicadores de responsabilidad en los niños
Detectar si un niño es responsable implica observar ciertos indicadores:
- Cumple con sus responsabilidades, tareas y deberes sin necesidad de recordatorios constantes.
- Ha adquirido rutinas de autocuidado: vestirse, ducharse, comer sólo…
- No atribuye la culpa a los demás ni busca excusas de forma sistemática.
- Es capaz de razonar y distinguir entre lo que debe o no debe hacer.
- Tiene la capacidad de tomar decisiones acertadas cuando se enfrenta a diferentes alternativas.
- Puede tomar decisiones autónomas que difieren de las decisiones del grupo en el que se encuentra.
- Reconoce sus errores y no busca justificarlos constantemente.
- Muestra respeto y reconocimiento hacia los límites establecidos por los padres, aunque pueda cuestionar sus tareas y obligaciones en alguna ocasión.
Estrategias para enseñar responsabilidad
En la educación de los niños, enseñarles responsabilidades requiere de esfuerzo y dedicación. Algunos consejos útiles para ello son:
Permítele explorar otras formas de hacer una tarea
Es fundamental recordar que están aprendiendo una nueva tarea, por lo tanto, deben ir progresando de forma gradual. Debemos ser tolerantes y comprensivos con ellos. Si un niño siente que no cumple con las expectativas de sus padres, puede frustrarse y renunciar. Sin embargo, si se siente seguro y respaldado, aumentará su sentimiento de orgullo y estará motivado para seguir intentándolo.
Establece acuerdos familiares
Llegar a acuerdos en los que toda la familia participe puede ser una excelente manera de prevenir conflictos y promover un ambiente de responsabilidad compartida. Nosotros recomendamos diseñar una tabla con todas las tareas semanales y qué miembro de la familia debe de realizarlas.
Fomenta la toma de decisiones
Alentar a los niños a tomar decisiones y asumir la responsabilidad de ellas contribuirá a fomentar su sentido de responsabilidad. Invítale a evaluar los aspectos positivos y negativos de diferentes alternativas, a analizar la información disponible y a tomar la decisión.
Enfócate en que asuman las consecuencias de sus acciones y decisiones
Como se ha explicado anteriormente, ser responsable implica aceptar las consecuencias de nuestros actos. Si cometemos errores o realizamos acciones indebidas, debemos asumir la responsabilidad y llevar a cabo acciones para remediarlo, como, por ejemplo, disculparse, compensar los errores cometidos o asumir las consecuencias pertinentes.
Refuerza las conductas responsables
Si deseamos que los niños repitan comportamientos responsables, es crucial reforzarlos, incluso cuando se trata de sus responsabilidades habituales. Es importante que los niños sientan que lo que hacen tiene valor, aunque sea su deber. Con el tiempo, se convertirá en una motivación intrínseca y no necesitarán un refuerzo externo para realizarlo.
Conclusión
A modo de conclusión, es importante destacar que las responsabilidades de los niños también recaen en los padres. A través del modelado de comportamiento, la enseñanza de habilidades, el establecimiento de rutinas, el fomento de la autonomía, el apoyo emocional y motivacional, y la comunicación efectiva, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar un sentido de responsabilidad y prepararlos para enfrentar las demandas de la vida diaria.
