“A mí me educaron así y no tengo traumas”: ¿seguro?

por | Psicoterapia, Psicoterapia adultos

Seguro que más de una vez has escuchado (o dicho) frases como “A mí me criaron así y no tengo ningún trauma” cuando se habla de educación, crianza o disciplina.

Este argumento suele usarse para justificar métodos que, con el tiempo, la psicología y la pedagogía han puesto en entredicho. Pero ¿realmente no tener un trauma evidente significa que esas experiencias fueron buenas o que no dejaron huella?

Normalizando lo que no es normal

Nuestra infancia nos moldea, incluso cuando no nos damos cuenta. Si crecimos en un entorno donde se veía normal la disciplina estricta o la falta de afecto, es posible que hayamos desarrollado formas de adaptación que nos hicieron “funcionar” sin aparente problema. Pero eso no significa que no haya consecuencias en la manera en que gestionamos nuestras emociones, nuestras relaciones o nuestra autoestima.

Muchas veces, lo que llamamos resiliencia no es más que una respuesta de supervivencia: aprendimos a reprimir emociones o a justificar ciertas actitudes porque era la única forma de sobrellevarlas. Y si nunca nos cuestionamos eso, podemos seguir arrastrando patrones que, aunque no lo parezca, nos afectan en la vida adulta.

Lo que se hereda (aunque no quieras)

Cuando alguien dice “a mí me lo hacían y no me ha pasado nada”, sería interesante preguntarse: ¿realmente no ha pasado nada? ¿Cómo maneja la frustración esa persona? ¿Le cuesta poner límites en sus relaciones? ¿Tolera o justifica ciertas formas de maltrato? ¿Repite con sus hijos, pareja o amigos los mismos patrones con los que creció?

Es fácil que ciertas formas de educación pasen de generación en generación. Lo que en su momento fue lo normativo no significa que fuera lo mejor ni que tenga que seguir siéndolo. Aunque hoy sabemos mucho más sobre apego, crianza respetuosa y regulación emocional, esas viejas costumbres siguen pesando. Por ejemplo, un padre puede entender que es importante consolar a su hijo, pero en un momento de estrés su primera reacción puede ser “déjalo llorar, que no pasa nada”, porque así lo criaron a él. Cambiar esas creencias lleva tiempo y esfuerzo.

Repensar la educación sin culpas

Hoy en día entendemos que educar no es sinónimo de castigar, y que el respeto no se gana con miedo. Enseñar con empatía, comunicación y comprensión no solo ayuda a que los niños crezcan con mejor autoestima, sino que también crea relaciones más sanas y un mejor ambiente social.

Aceptar que algunas prácticas del pasado no fueron las mejores no es echarle la culpa a nadie. Nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron con la información que tenían. Ahora nosotros tenemos más herramientas, y con ellas la oportunidad de hacerlo mejor.

Conclusión

Decir “A mí me educaron así y no tengo ningún trauma” puede ser una creencia sincera, pero no siempre es del todo cierta. Hablar sobre cómo nos ha afectado la crianza no es para buscar culpables, sino para entender y mejorar. La educación evoluciona, y con ella, también nosotros. Porque si hay una oportunidad de hacerlo mejor para las siguientes generaciones, ¿por qué no intentarlo?

¿Te interesa saber más sobre crianza respetuosa?

Si te ha parecido interesante este artículo, te recomendamos leer «Cómo Sanar las Heridas de la Infancia y Mejorar tu Salud Mental«, donde exploramos cómo nuestras experiencias tempranas impactan nuestra vida adulta.

¿Quieres acompañamiento en este proceso de cambio? Nuestro equipo está aquí para ayudarte. Ponte en contacto con nosotros y descubre cómo transformar la crianza con herramientas basadas en el respeto y la comprensión.

María Resola

Entradas anteriores

¡Únete a nosotros en nuestro viaje de descubrimiento!

Rompiendo creencias en la crianza

Rompiendo creencias en la crianza

Las creencias sobre la crianza han sido transmitidas de generación en generación, pero ¿qué sucede cuando nos detenemos a cuestionarlas? En este artículo reflexionamos sobre la importancia de desaprender patrones heredados y fomentar una crianza basada en el apego seguro y la regulación emocional.

leer más